Historia del Señor de Sumalao
La historia del Señor de Sumalao, venerado en la localidad de La Merced, Salta, Argentina, es una mezcla fascinante de tradición oral, fe y simbolismo.
A principios del siglo XVII, don Gabriel de Torres y Gaete encargó una pintura al óleo de un Cristo crucificado en el Perú para su finca de El Pucará.
La imagen, réplica del venerado «Señor de la Salud» o «Señor de Vilque» en Puno, Perú, emprendió un viaje hacia la región de Cuyo.
Sin embargo, el destino tenía otros planes. En la zona de Sumalao, a unos 40 kilómetros de Salta, la mula que transportaba el cuadro desapareció por tres veces.
Al encontrarla siempre en el mismo lugar, bajo un algarrobo, los lugareños interpretaron esto como una señal divina. Tomando el hecho como un acto de la Voluntad Divina, decidieron dejar el cuadro en Sumalao, al cuidado de los pobladores.
La noticia del milagro se propagó rápidamente, atrayendo a miles de devotos que acudían a venerar la imagen.
El nombre «Sumalao», de origen quechua, significa «lugar hermoso», un nombre que sin duda refleja la profunda conexión que se estableció entre la imagen y el lugar.
La fiesta del Señor de Sumalao no tiene una fecha fija en el calendario, sino que depende de la Pascua de cada año.
El octavo domingo después de Pascua, coincidiendo con la fiesta de la Santísima Trinidad, se celebra la gran fiesta del Señor de Sumalao, convocando a miles de peregrinos llenos de agradecimiento y súplicas.
La historia del Señor de Sumalao es un claro ejemplo de cómo la fe y la tradición oral se entrelazan para crear un profundo arraigo cultural y religioso.
La imagen del Señor de Sumalao no solo representa un símbolo religioso, sino también un elemento identitario para la comunidad que lo venera, un recordatorio constante de la fe, la esperanza y los milagros que forman parte de su historia.
Los comentarios están cerrados.